Conoces a alguien y algo hace click. Las pasiones más escondidas se encienden y ambos comparten un deseo que es difícil de explicar. Pero luego algo pasa; la emoción disminuye, ya no hay espontaneidad y la tediosa rutina es lo que define la relación.
¿Les suena conocido? Si es así, no tienen porque sentirse mal. De hecho, de acuerdo a Brandy Engler, psicóloga y escritora; es una situación común, más de lo que nos imaginamos, sobre todo cuando se van a vivir juntos.
¿Qué pasa? La mujer que a los ojos del hombre era su amante, se convierte en su familia. No lo más erótico del mundo. El dichoso misterio se pierde, nos ven en las piyamas más podridas, siendo el grinch encarnado en nuestro periodo y llenas de flemas cuando nos enfermamos.
Es aquí cuando la “paradoja de la intimidad sexual” aparece, porque el vínculo emocional se hace más fuerte, pero el deseo sexual comienza a desaparecer.
¿Entonces qué podemos hacer? En realidad son acciones de lo más sencillas, que se deben de analizar con la mente abierta, dejando de lado nuestras frustraciones y prejuicios para poder abordarlas con confianza, seguridad y cariño.
1. Dale vida a lo mundano
Si lo ves que va a la cocina para preparar algo de comer, ¿qué haces? Mientras arreglas tu ropa, ¿qué hace él? No siempre tiene que terminar en sexo, pueden acercarse al otro y decirse algo erótico o coquetear como lo hacían al principio. Esto les recuerda esa importante sensación que tuvieron al comenzar a salir. Revívanla.
2. Recuerda lo sexual
Engler recomienda que no debemos dejar que la otra persona se convierta (todo el día) en nuestra mejor amiga, sino verla también como el objeto de nuestro deseo. Esta situación también aplica en tu caso.
Sí, podrá sonar superficial, pero seamos sinceras, cuando estamos en una relación monógama queremos que el chico al que amamos nos desee, nos vea con esa mirada que dice “no puedo quitarte las manos de encima”.3. Nada de sexo por compromiso
El tipo de relación donde sólo “estás ahí”. Aplica para ambas partes: si tú lo haces, te aseguro que él se da cuenta. Y si no le gusta ¿por qué deberías aceptar que haga lo mismo? Es momento de olvidar la idea de que si una pareja realmente se ama, debe de tener sexo todos los días.
Se trata de calidad, no de cantidad. No inicies siempre la situación, dale espacio para que lo desee. No hay que creer que cada impulso sexual debe terminar en coito.
¿Tienen algún otro consejo para aumentar o revivir la pasión en la relación de pareja? Cuéntenos en la parte de abajo.
